jueves, 9 de junio de 2011

Contra la crisis

Hablando de Grecia con quienes conocen la situación griega casi siempre se acaba con que los políticos son unos ladrones y que ahora el pueblo no tiene por qué pagar su fraude y corrupción. Tienen toda la razón, pero eso no quiere decir que haya que dejar de preguntarse cómo se ha llegado a esa situación. Cómo es posible que políticos que todos sabemos corruptos, ganen y vuelvan a ganar elecciones. “Absueltos por las urnas” dicen algunos. Y la respuesta me temo que es terriblemente sencilla: porque mientras las cosas han ido bien, nadie ha querido mirar qué es lo que había detrás. Así se infló la burbuja inmobiliaria en España. Así Jesús Gil llegó a ser el alcalde más popular del momento y así se han sucedido un sinfín de despropósitos similares, mezcla de populismo y resultados espectaculares a corto plazo.
¿Cómo puede ser? ¿Es una cuestión de egoísmo? Cada cual se ocupa de sus intereses individuales, sin que haya una unión ni una conciencia de grupo. Mientras a mí me vaya bien, qué más da lo que pase con los demás fuera de casa.
Protestas el pasado domingo en Sintagma. Hablan de 200.000 manifestantes
Las protestas de España, las que ahora tenemos cada día en Grecia, son fruto de un enorme descontento con la situación actual. Se pide democracia, pero a veces me temo que la única razón que lleva a que haya tanta gente ahí y tengan tanto apoyo son los problemas individuales, o como mucho de la familia o amigos de cada uno. Cada día muere mucha gente de hambre en el mundo, y estoy seguro de que si hubiera un clamor mundial por erradicarlo se solucionaría en poco tiempo, pero no es así. ¿Nos falta conciencia de grupo?
De momento el consenso de mínimos al que se llega es el factor de unión popular más universal: el enemigo común, que en este caso los políticos. Y probablemente sea 100% cierto, pero no nos podemos quedar solo ahí. Si no hay una conciencia de grupo, si la sociedad no tiene claro que hay que dejar de mirar a los resultados para mirar a las causas, mientras el objetivo de cualquier protesta sea “solo” tener un trabajo o que a mi familia le vaya bien, estamos condenados a que ínfimas mejoras sociales acallen cualquier atisbo de cambio.
Dice un amigo que para que cambie algo hay que llevar la crisis a sus últimas consecuencias. Sobrepasar el límite que el poder tenía calculado para que realmente haya un cambio de verdad en el sistema. Pero nos sigue faltando una conciencia colectiva, un pensar más en los vecinos y menos en uno mismo, y eso está tardando más en llegar.
 
Es indispensable más democracia, pero como también lo es que los ciudadanos nos preocupemos más por lo que se hace. Democracia no puede consistir en delegar cada cuatro años en políticos profesionales para coger el Marca y despreocuparse, sino que la transparencia democrática ha de estar seguida de una conciencia permanente por parte de todos de que si queremos el gobierno del pueblo, es indispensable que el pueblo gobierne y no se deje gobernar. Aunque sea menos cómodo.

Colina del Pnyx, donde se desarrollaba la Asamblea.
Podemos decir que aquí nació la democracia
El otro día me contaban que en la Atenas Clásica los funcionarios eran los propios ciudadanos, elegidos por sorteo y relevados cada año. Me pareció un concepto interesante el intento ya entonces de evitar la profesionalización de la política y su control por determinados grupos. Hace más de 2000 años y ya tenían los mismos problemas, e incluso algunas soluciones que hoy parecen revolucionarias. Con lo que hemos avanzado en unas cosas, en otras a veces parece que estamos en la edad de piedra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario